domingo, 29 de mayo de 2016





Las frutas son, quizás, los alimentos más llamativos por su diversidad de colores y formas. Pero además de lo que muestran a simple vista, forman parte de los alimentos con mayor cantidad de nutrientes y sustancias naturales altamente beneficiosas para la salud. Las frutas están en el segundo nivel del trompo alimenticio, lo que indica que son un grupo de alimentos muy importantes que debemos incorporar a nuestra dieta consumiendo, de forma ideal, entre dos y tres porciones al día, por su alto contenido de agua el cual es el principal componente de la fruta. 






Aproximadamente por cada 100 gramos de fruta, consumimos 80 a 90 de agua. Por lo tanto comer fruta, desde un punto de vista de Hidratacion, es casi como beber agua.

Los frutos rojos  como los arándanos, las moras, las fresas y frambuesas ofrecen muchos beneficios para el cerebro, gracias a sus poderosos antioxidantes. Además, evita las infecciones y reduce el riesgo de padecer cáncer. Puedes utilizarlos en ensaladas, yogur, jugos, cereal o licuados.



                         






























Objetivo General

Orientar a los estudiantes de Primer año de la Escuela de Salud Pública sobre los aportes brindados por los frutos rojos en los procesos de aprendizaje y mejoramiento del potencial cerebral.




La familia de los frutos rojos, como la fresa, frambuesa, mora y arándano, tiene una peculiar característica, un componente que activa el proceso de limpieza natural del cerebro. Así lo señala un estudio presentado durante la reunión anual de la Sociedad Americana de Química. Según explica ‘The Global and Mail’, estos frutos ya son conocidos por contrarrestar el envejecimiento, por ser anticancerígenos y por ser beneficiosos para el corazón.

En lo que respecta a la actividad cerebral, se sabía que el beber jugo de arándano mejora la memoria y, al parecer, puede hacer mucho más que eso. Las células responsables de limpiar las proteínas tóxicas del cerebro se llaman microglías. Con el paso de los años, estas disminuyen su actividad haciendo que se acumulen desechos tóxicos. Además, en cierto momento, las microglías se sobreactivan y dañan las células sanas del cerebro.

En el estudio, los científicos expusieron células cerebrales de ratones a extractos de arándanos, fresas y bayas, así como a nueces, que también son ricos en polifenoles, equivalentes a una taza de frutos frescos o 14 mitades del fruto del nogal.
Ambos insumos inhibieron la acción de una proteína que normalmente evita el proceso de limpieza y elevó el nivel de proteínas que lo promueven.